NECESIDAD DE RENOVACIÓN DEL PARQUE INMOBILIARIO

Uno de los mayores retos a los que nos vamos a enfrentar como sociedad en las próximas décadas va a ser la descarbonización, o eliminación del uso de los combustibles fósiles en las actividades humanas.

La combustión de los combustibles fósiles libera energía, pero también contaminantes como óxidos de azufre y nitrógeno –que afectan la salud de las personas y los ecosistemas– y gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) –que causan lo que conocemos como calentamiento global con graves consecuencias sobre el clima a escala global (sequias, incendios, inundaciones, lluvia ácida,…)


La conservación del planeta es el máximo reto al que nos enfrentamos como especie.

Un dato poco conocido es que la energía que se emplea para climatizar los edificios es la causante de, aproximadamente, el 36% del CO2 que se emite a la atmosfera . Dicho en otras palabras, la edificación es uno de los principales responsables del cambio climático.

Como medida para paliar estos efectos adversos, la Unión Europea se ha comprometido a descarbonizar el parque inmobiliario de aquí al 2050  (Directiva 2018/844 relativa a la eficiencia energética de los edificios).

Cada Estado miembro debe establecer una estrategia a largo plazo para apoyar la renovación de sus parques inmobiliarios nacionales transformándolos en parques inmobiliarios con alta eficiencia energética (edificios de consumo de energía casi nulo_ nZEB) y descarbonizados antes de 2050, facilitando una transformación económicamente rentable de los edificios existentes en edificios nZEB.

Así pues, deben promover activamente esta renovación movilizando a las instituciones financieras y estableciendo los incentivos y mecanismos financieros necesarios.

En España, la mayoría del parque inmobiliario es antiguo y muy deficiente, con un gasto energético exagerado o un confort térmico inadecuado.

Antes del año 1980 no existía ninguna normativa térmica al respecto. NO se exigía un nivel mínimo de aislamiento térmico, ni un buen rendimiento a las instalaciones térmicas ni la implementación de fuentes de energías renovables.

En concreto, el 92% del parque inmobiliario español ha sido construido antes de la aprobación del CTE en el año 2006. La mayor parte de los edificios deberán ser objeto, antes o después, de actuaciones tendentes a la mejora de la eficiencia energética, de los cuales:

• El 51% de los edificios están construidos sin tener en cuenta ningún criterio de eficiencia energética ni de confort térmico (edificios construidos antes del año 1981 –entrada en vigor de las normas básicas de la edificación).

• El 41% están construidos con bajas exigencias de confort térmico (edificios construidos siguiendo las directrices de la NBE CT-79).

• Solo un 8% de los edificios están construidos en base a unos requerimientos de eficiencia energética mínimos y de confort térmico aceptables.

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