El aislamiento en las construcciones es fundamental para mantener una temperatura confortable en el interior. Aísla la estructura de los edificios de las inclemencias climáticas, del fuego, de ruidos ,… Con el aislamiento podemos lograr una mayor eficiencia energética, conservando mejor los recursos naturales y mejorando la sustentabilidad.
Las ventajas que se consiguen con el empleo de materiales aislantes son varias, entre las que cabe mencionar:
- Mejora del aislamiento térmico global del edificio, protegiéndolo de las temperaturas exteriores, tanto altas como bajas, y manteniendo una temperatura más estable en el interior. Esto supone un ahorro de hasta un 60% de energía en los edificios. Por tanto, otro objetivo que se consigue con el empleo de materiales aislantes además del confort interior es el ahorro energético en los edificios. De esta forma se evitan importantes pérdidas de temperatura y fugas de calor en las viviendas.
- Mejora del aislamiento acústico del edificio. Protege a sus usuarios de los ruidos exteriores. Los materiales aislantes absorben el sonido del exterior evitando que se escuche en el interior de los edificios.
- Protección ignífuga en las estructuras metálicas de los edificios. Ayudan a mantener la integridad de los edificios ya que evitan que las estructuras se derrumben o sufran daños graves en caso de incendio.
Además de una mejor protección y preservación de las estructuras metálicas de los edificios, y de una mejora del confort térmico en las estancias interiores, los diversos tipos de aislamiento también están destinados a ayudar a reducir la huella ecológica del planeta.
Materiales aislantes
Se utilizan varias técnicas innovadoras para revestir las estructuras y aislar los edificios del clima exterior:
- Perlita y vermiculita proyectadas
- Espuma de poliuretano pulverizada
- Espuma de poliuretano inyectada
- Celulosa ecológica
Este tipo de elementos aislantes se encuentran a menudo en estructuras metálicas. También se usan como aislamientos térmicos y acústicos por sus excelentes propiedades fisicoquímicas.
Construcciones ecológicas
Una de las nuevas tecnologías de aislamiento térmico son las espumas rígidas de poliuretano y poliisocianurato. Se utilizan con mayor frecuencia en la producción de paneles o planchas aislantes, aunque también pueden ser proyectadas sobre las superficies a aislar.
Son materiales medioambientalmente sostenibles. Minimizan los residuos al no requerir de ningún elemento añadido para su colocación. Son menos contaminantes que otros aislamientos. Son respetuosos con el medio ambiente, por lo que su uso en cubiertas y fachadas ayuda a combatir el cambio climático. Cumplen con los requisitos de la construcción sostenible.
Su empleo permite lograr una mejor eficiencia energética, conservar los recursos naturales y reducir los costos finales de la obra.
Los aislantes basados en celulosa son producidos por medio de la trituración de restos de papel de periódico mezclados con sales bóricas. Las sales de boro dotan al material de excelentes características ignífugas, insecticidas y antifúngicas. Convierten el material resultante en un excelente material aislante térmico que evita la propagación del fuego, sin generar gases tóxicos.
El material así obtenido puede insuflarse en las cámaras de aire que pudieran tener techos o paredes, o pueden prensarse para obtener mantas aislantes con un elevado grado de aislamiento tanto térmico como acústico. Aunque su uso está contraindicado si existieran problemas de condensación previos.
La fabricación de la celulosa requiere muy poca energía por lo que es otra buena alternativa de aislamiento sostenible.
Puntos críticos para un aislamiento térmico eficaz
Es importante identificar los puentes térmicos, es decir, los puntos de pérdida de energía en el edificio o en la vivienda.
- Las cubiertas, porque ahí es donde se pierde el calor la mayor parte del tiempo
- Frentes de forjado y pilares integrados en el cerramiento de fachada
- Contorno de huecos y lucernarios
- Cajas de persianas
- Las juntas
Los expertos han demostrado que un edificio más eficiente energéticamente ahorra entre un 25 y un 30% del consumo energético para calefacción y/o aire acondicionado. Para ello, es necesario colocar un buen aislamiento térmico.
Sistemas de aislamiento térmico más importantes para fachadas
Existen diferentes sistemas de aislamiento térmico para fachadas. Los óptimos son los que colocan el aislamiento térmico por la cara exterior de las fachadas. Estos minimizan al máximo los puentes térmicos de la construcción, evitan así pérdidas de energía y logran por tanto una mejor eficiencia energética.
Entre los sistemas más idóneos se encuentran:
- Sistema SATE (Sistemas de Aislamiento Térmico Exterior):
Como su nombre bien indica consiste en colocar el aislamiento térmico por el exterior de la fachada. Este sistema mejora el rendimiento térmico general del edificio, evita la aparición de puentes térmicos y reduce las pérdidas energéticas. Consigue reducir el coste energético y mejorar la eficiencia económica.
Se trata de una de las soluciones más ventajosas para la mejora de las prestaciones energéticas de un edificio existente. Es un sistema muy utilizado tanto en obra nueva como en rehabilitación de edificios.
Además de las grandes ventajas que tiene desde el punto de vista del ahorro energético, su empleo conlleva también una importante mejora de las condiciones de habitabilidad y confort térmico en el interior de los edificios. Elimina los problemas de condensación interior, la formación de mohos o filtraciones de agua. Mejora el aislamiento acústico y protege la fachada de las agresiones climáticas.
En rehabilitaciones, este sistema es muy ventajoso también porque permite corregir fisuras del paramento exterior de las fachadas, renovando completamente el aspecto exterior de las mismas. Además, no reduce la superficie útil interior de las viviendas ya que no requiere ejecutar trabajos en el interior de los edificios.
Consiste en la aplicación de un material aislante térmico multicapa, y en algunos casos también acústico, generalmente mediante fijación mixta con encolado y fijación mecánica. Posteriormente, se protege con una capa de revestimiento de acabado decorativo a base de mortero.
Es uno de los métodos más efectivos para aislar la fachada de un edificio. Reduce la pérdida de calor en un 70% en invierno y el calentamiento en un 30% en verano.
- Fachadas ventiladas:
Es un sistema constructivo con importantes ventajas de aislamiento térmico y acústico.
Consta de tres capas: muro soporte interior, capa aislamiento térmico y capa de revestimiento. El aislamiento puede ser rígido o semirrígido y suele estar hecho de lana mineral. Se coloca anclado o proyectado sobre el muro soporte. La capa de revestimiento se coloca anclada al edificio mediante una subestructura metálica.
Este sistema se caracteriza porque la cámara de aire ventilada que se crea entre el aislante y el revestimiento exterior ayuda a mantener el aislamiento sin humedad. Se evitan así los problemas de condensación. Reduce los puentes térmicos, consiguiendo un gran ahorro en el consumo energético. Además protege la fachada del viento, la polución y la lluvia.
En rehabilitaciones cuenta también con la ventaja de no reducir la superficie útil del interior de las viviendas. Evita realizar trabajos en el interior del edificio. Permite renovar completamente la estética de la fachada.
Como desventajas frente al SATE tenemos el precio, ya que resulta bastante más caro, y el espacio, ya que el incremento del espesor de la fachada también es mayor.
- Sistema de poliuretano pulverizado:
Este sistema se emplea en las fachadas medianeras exteriores que surgen con el derribo de un edificio colindante. Se trata de una solución provisional hasta la construcción de un nuevo edificio.
Este tipo de fachadas medianeras suelen presentar problemas de impermeabilización y aislamiento térmico. Esto es porque, cuando fueron construidas no estaban pensadas para estar a la intemperie, por lo que no tenían que cubrir estas necesidades. Estos problemas pueden verse agravados por las inclemencias climatológicas y la presencia de polución.
Para resolver estos problemas el mejor sistema en relación calidad-precio consiste en pulverizar espuma de poliuretano sobre la fachada soporte. Y posteriormente aplicar una capa de pintura exterior o elastómero de poliuretano de terminación. No siendo un sistema tan eficaz como los anteriores, al tratarse de una solución temporal, resulta de lo más adecuado debido a su bajo coste.
- Sistema de inyección en cámara:
En algunas ocasiones, cuando se pretende llevar a cabo la rehabilitación de un edificio, puede ocurrir que los vecinos no se pongan de acuerdo para llevar a cabo la rehabilitación energética de la fachada exterior o exista algún otro obstáculo para ello. En estos casos, como solución alternativa, se suele inyectar un material aislante en el interior de las cámaras de aire del cerramiento de fachada. Solo se puede acometer este sistema si existen dichas cámaras de aire y son accesibles.
Como materiales aislantes se suele emplear espuma de poliuretano, lana mineral o celulosa.
Entre las ventajas de emplear este sistema como aislamiento para las fachadas tenemos su precio, no resulta excesivamente caro. También tenemos su ahorro de espacio. No supone pérdida de superficie útil de la vivienda al aprovechar las cámaras de aire existentes en el cerramiento de fachada.
Sin embargo, los inconvenientes de este sistema superan sus ventajas:
- No reduce los puentes térmicos;
- Son necesarias obras en el interior de la vivienda o edificio. Genera molestias a los usuarios: apertura de orificios para la inyección del aislante, limpieza de la parte inferior de la cámara, posterior reparación y pintado de la pared, … ;
- No se puede garantizar la uniformidad del aislamiento al no ser visible el interior de la cámara. Pueden quedar zonas sin aislamiento, con la merma de las prestaciones térmicas que ello conlleva.
- Sistema de aislamiento térmico interior:
Otra solución alternativa cuando no se puede aislar la fachada por el exterior podría ser colocar un trasdosado interior.
El aislamiento térmico, normalmente a base de poliestireno extruido o lana mineral, se coloca directamente sobre la cara interior de la fachada. Posteriormente, se recubre con un trasdosado a base de placas de yeso laminado o ladrillo.
Es un sistema que suele emplearse en obras particulares de reforma y en edificios antiguos donde las fachadas son de una sola hoja y no se puede usar el sistema anterior. Es el único sistema viable en edificios con un grado de protección de patrimonio histórico.
Esta opción es la menos interesante debido a su relación calidad-precio, ya que el coste es relativamente elevado en relación a las prestaciones ofrecidas.
Aunque produce una cierta mejora en el confort interno de la vivienda, sus principales desventajas son:
- No reduce los puentes térmicos;
- Son necesarias obras en el interior de la vivienda o edificio por lo que genera molestias a los usuarios;
- Se pierde superficie útil de la vivienda al engrosar el cerramiento un mínimo de 5 cm